Saltar al contenido

Servicios y comercio en Tamaya

Pulpería mina Tórtolas. En Revista Zig-Zag, n° 79, 1906.

La existencia de varios poblados permitía el funcionamiento de diversos servicios y comercios, tanto públicos como privados, que se transformaron en un foco de desarrollo local. Por ejemplo, fue importante para el supremo gobierno la instalación de establecimientos que entregaran el adelanto moral a la población, es por eso que se ubican dos escuelas una de niños y otra de niñas, esta última llamada “Francisco Bilbao”, para 1877 buscaba un nuevo directorio entre los vecinos más respetables1.

Además de los importantes edificios educacionales se encontraba un teatro donde se desarrollaban las premiaciones escolares y los espectáculos itinerantes como el del prestidigitador el señor Aycardy2. Junto a lo anterior, en las placillas se encuentra gran cantidad de negocios, que pueden ser comprobados por el conjunto de patentes pagadas, entre ellos las más son las de menestras —podría decirse que son aquellos negocios donde se encuentra las verduras y alimentos necesarios para el diario vivir— junto a los de mercaderías —estos pueden ser identificables con las actuales ferreterías.

Subdelegación 14 de Tamaya, listado de negocios (3)

Los negocios en Tamaya eran muy lucrativos, pero sus ganancias se veían mermadas en cierta medida por la cancelación del jornal de los trabajadores en fichas, las que eran de menor valor que las mercancías, lo que ocasionaba un desmedro monetario en las arcas de los almacenes. Esta situación originó la protesta de los dueños de negocios ante el Intendente para la prohibición de la circulación de las fichas emitidas por los dueños de las minas. Sin embargo, a pesar de lo anterior las faenas poseían sus propias tiendas en las cuales se podía comprar a crédito variadas mercaderías. Estas tiendas eran una manera de atraer y retener a la mano de obra usando como forma de pago vales que solo tenían valor en aquellas tiendas4. Junto con lo anterior las minas tenían una producción importante de fichas que eran ricamente trabajadas, según consta en la siguiente fuente:

Las más perfectas son las utilizadas en El Tamaya. Son de cobre enchapado en bronce. Ninguna moneda fiscal posee tanto realce, adorno y relieve. Sus letras cuadradas sorprenden por su modernidad. Todas son identificables por sus estrellas chilenas de cinco puntas. Las de cincuenta centavos, llevan grabadas las tres cumbres del cerro Tamaya. Las de veinte Centavos, un martillo cruzado por un cincel. Las de cinco, una estrella. Las tres, precisan: Mercaderías5.

Un establecimiento importante de destacar es la Casa de prendas que se encargaba de adelantar a los mineros y demás habitantes cantidades de dinero de acuerdo con los bienes empeñados en ella, era importante por la labor que cumplía en la economía familiar en tiempos de escasez monetaria. En Tamaya hacia 1894 existían dos de estas casas, una de propiedad de Gregorio Chávez ubicada en el poblado de El Oro y otra perteneciente a Manuel Arancibia cuya ubicación no está del todo clara pues El Tamaya menciona que se ubica en “Tamaya”.

Como es de esperar en una zona minera, existían profesionales del área de ingenierías en minas que para la época de auge podían llegar a 14, incluyendo varios extranjeros. La labor de ellos era importante ya que con cada nuevo pedimento de barras era necesaria su opinión experta.

Otro profesional fundamental era el médico del lugar, en Tamaya existía el sistema de visitas cada 3 días por semana, sistema que se explica por la cantidad de pequeñas localidades circundantes a las faenas que necesitaban el movimiento constante del médico y también por las pocas ganancias obtenidas en uno solo lugar; ejemplo de esto es la comunicación que da a conocer uno de estos profesionales a sus pacientes.

Intereses la asistencia que hago al Oro de Tamaya como médico-cirujano, he mudado mi itinerario, asistiendo en vez de este, los días martes i miércoles al pueblo de Barraza; los jueves i viernes a Tongoi; sábado, domingo i jueves a Cerrillos6.

1. Biblioteca Nacional. El Tamaya, Ovalle 17 enero 1877, p. 2. PCH 563.

2. Biblioteca Nacional. El Tamaya, Ovalle 20 de octubre 1887, p. 2. PCH 563.

3. Biblioteca Nacional. El Tamaya, Ovalle 30 de agosto de 1894. PCH 563.

4. Valenzuela, L. (2000). Mineros y minería en una Región del Norte Chico. Ovalle, 1830-1880.  Librería Chile Ilustrado.

5. Segall, M. (1964). Biografía de la ficha salario. Revista Mapocho, 2, 2-42.

6. Biblioteca Nacional. El Tamaya, Ovalle 30 de agosto de 1894. PCH 563.