La suerte y riqueza del mineral de Tamaya no llegaba a manos de los trabajadores, y su descontento se expresaba en la rebeldía con que enfrentan las injusticias. Ésta tomó la forma de “auto participación” de los trabajadores en los beneficios producidos, especialmente, a través del “robo” o cangalla de metales y de la “fuga” con adelantos«1.
Allí en los buenos tiempos de Tamaya, quince o veinte años atrás, este ilícito i criminal comercio había tomado proporciones verdaderamente alarmantes. Es […] que muchas no despreciables fortunas, improvisadas de la noche a la mañana, no reconocían por base otra cosa que la cangalla que, sobre ser un negocio mui lucrativo, era por demás cómodo, fácil i abundante. El empobrecimiento de las minas i la activa vigilancia de las autoridades habían logrado casi extinguirla en los últimos tiempos2.
La estigmatización de los trabajadores por parte de las autoridades no se hizo esperar, ejemplo de esto es una comunicación de Eduardo Waring, administrador de la Mina San José al gobernador, quien se expresa con las siguientes palabras sobre las personas del poblado de El Oro:
US. sabe mui bien que la población del Oro es la guarida de cuanta mala gente infesta el Departamento; y que si no ha habido graves desórdenes que lamentar, ha sido debido principalmente al cuidado que han tenido los administradores de no ocupar sino los individuos conocidos3.
Este temor obligaba al compromiso monetario de los administradores de las minas para la contratación de un subdelegado eficiente que evitara cualquier tipo de desmanes futuros.
1. Illanes, M. (2003). Chile des-centrado. Formación socio-cultural republicana y transición capitalista (1810-1910). LOM ediciones.
2. Biblioteca Nacional. La Época, Santiago, 3 de Febrero de 1883, p. 2. PCH 237.
3. Eduardo Waring al gobernador. Archivo Nacional. Intendencia de Coquimbo, Vol. 467, 1867.